EDUCACIÓN PARA TODOS
Un cole que no hace diferencias
13/03/2012 - Sabela Corbelle / El Progreso (Lugo)
El Ceip A Ponte es uno de los pocos colegios de Lugo, junto con el de Casás, que dispone de un aula de educación especial. Allí, Moisés repasa, con su profesora, cómo son los céntimos. Mientras, su compañero, Iago, gira ante el ordenador, donde pone un juego de Barrio Sésamo. Ambos padecen autismo.
TODOS PODEMOS APRENDER y bajo esa máxima se trabaja en colegio de A Ponte, donde funciona un programa de educación de alumnos con autismo.
Moises e Iago llevan ya hora y media de clase. Son las once y cuarto de la mañana y Moisés está sentado frente a una de sus dos profesoras en el Ceip A Ponte, Ana Belén Lago Vázquez, que le está recordando el valor de las monedas. «Mira, esta es la de 5 céntimos y esta la de 50, ¿te acuerdas, Moisés?», pregunta. Moisés asiente, levanta la cabeza y saluda, sonriendo: «Hola», dice, mirando a los ojos.
Iago se inquieta. Su carácter, no tiene nada que ver con el de su compañero de pupitre. Sale a regar las plantas, en compañía de la cuidadora, Aurora Vázquez Saavedra, quien también forma parte del equipo que, junto a la docente Esther Fraga Janeiro, atiende a estos dos chicos en el Ceip A Ponte, un colegio con distintos programas pioneros y en el que tiene singular importancia el proyecto de formación de alumnos con autismo.
Después de regar, enciende el ordenador, coge un juego de Barrio Sésamo para aprender a contar y se entretiene unos minutos. Se sienta y se levanta. Cuando está de pie, gira sobre sí mismo varias veces. «Es su manera de expresar que está contento, que se siente a gusto», cuenta Ana Belén Lago, que conoce muy bien la forma de canalizar las emociones de cada alumno.
Ana Belén Lago es profesora especialista en Pedagogía Terapéutica. Este curso es el segundo que trabaja con autistas. El Ceip A Ponte es uno de los pocos colegios públicos de Lugo, junto con el de Casás, con aulas para chicos con esta discapacidad. «Aunque sean autistas, ambos son muy diferentes. Cada niño tiene su carácter y también su grado de autismo, con lo que no hay una receta única para todos ellos», señala.
Las clases con alumnos autistas tienen una característica en común: la rutina. «Lo primero que hacen en cuanto llegan es marcar en el calendario el día que es. Luego, hacemos actividades relacionadas con las distintas materias (lengua, matemáticas, conocimiento...). Si se portan bien, les dejamos ir un rato para el ordenador como refuerzo positivo. También leemos cuentos y hacemos juegos didácticos como rompecabezas o juegos de insertar», cuenta Ana Belén Lago.
Moisés lee y escribe. Incluso hace dictados. Iago trabaja solo con imágenes. En cualquier caso, los pictogramas son su alfabeto más recurrido. Apenas hablan. «Se comunican, sobre todo, por señales, con palabras sueltas, tocándose», explica la profesora.
Si la motivación es el objetivo de cualquier docente en clase, en este caso es, incluso, imprescindible. «Si no están motivados, se encierran y no hacen nada. Es imposible», afirma Ana Belén Lago.
La rutina de estos dos alumnos autistas continúa con la ‘merienda’ de la media mañana. A esa hora, salen de un aula y se meten en otra donde, incluso, aprenden a prepararse un sándwich y a doblar la ropa. Y es que aquí no se aprenden sólo materias.
Moisés e Iago se disponen a ‘merendar’. Comparten mesa. Iago, a la izquierda, y Moisés, a la derecha. Sacan su comida y comen. Comer significa que, al mismo tiempo, no se puede hacer nada más. Terminan y Moisés se dispone a doblar una camiseta y, aunque demuestra que lo sabe hacer, no lo hace. Otros días, preparan un zumo, tienden la ropa o juegan al supermercado. «En el recreo, van al patio con el resto de los niños pero no se integran. También hay materias como Educación Física, Plástica y Música donde comparten aula con el resto de los niños y hay veces que nos sorprenden. Por ejemplo, en Carnaval, Iago se dejó disfrazar y bailó con el resto de los niños», cuenta la profesora.
La mañana continúa y, tras el recreo, vuelven a clase, con su profesora, su cuidadora y su rutina, la misma que les da seguridad en su día a día.
EN EL AULA |
Estudio: Repasar las monedas Instalaciones: Aulas que estimulan a aprender Moisés e Iago, de 13 años y con autismo, asisten diariamente al aula de educación especial en el Ceip de A Ponte Tareas: Regar las plantas CUIDADOS. Control constante
Aseo personal
|
http://elprogreso.galiciae.com/nova/157282.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario