Julia corriendo en plena naturaleza es ¡¡¡feliz!!!...
Mi hija Julia tiene veinte años y crece paralelamente al blog que inspiró, por eso anualmente anoto cada cambio de edad.
Tiene Autismo "no verbal".
Usted es gord@, usted es calv@, usted es alt@, usted es baj@; usted lleva gafas; usted utiliza bastón.Tú tienes acné, tú estás en pleno estirón, a tí te está cambiando la voz.
¿Es mi mirada lastimera, reprobatoria o de conmiseración?.¿Acaso cuchicheo ante tu poblada cara llena de granos o tu atiplada voz o miro, con atención, el bastón que usted usa para caminar?. Pues no miren así a mi hija, no se lo merece y yo tampoco.

lunes, 26 de agosto de 2013

Tener un hermano mayor con autismo aumenta un 7% el riesgo de desarrollar este trastorno


Mi hija Celia nació catorce meses después de mi otra hija, Julia. Aún no nos habíamos dado cuenta de qué algo no funcionaba correctamente.

Mi embarazo de Celia era gemelar pero uno de los "embriones" no prosperó (palabras utilizadas por el ginecólogo que realizó la ecografía y que jamás olvidaré).


Seis meses después yo ya me estaba planteando tener un tercer hijo...pero en ese momento ya sospechábamos que el comportamiento de Julia no era el esperado. No obstante, yo si hubiese intentado quedarme embarazada otra vez...




Científicos de la Universidad de Aarhus, en Dinamarca, aseguran que los niños cuyo hermano mayor padece autismo tienen un 7 por ciento de probabilidades de desarrollar este trastorno, cuando el riesgo de la población general es de un 1 por ciento, según los resultados publicados en la revista 'JAMA Pediatrics'.
Este riesgo, no obstante, es más bajo de lo que habían sugerido en estudios previos, algo que los autores consideran que puede deberse a que la enfermedad tiene "muchas y complejas causas". "Si sólo hubiera un componente genético, la incidencia sería mayor entre hermanos", apunta Therese Gronborg, principal investigadora de este trabajo.
Los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por su sigla en inglés) estiman que uno de cada 88 niños estadounidenses padece un trastorno del espectro autista (TEA).
El equipo de Gronborg utilizó datos de nacimientos, registros civiles y psiquiátricos para estudiar a 1,5 millones de niños nacidos en Dinamarca entre 1980 y el 2004. Hasta el 2010, a unos 13.000 se les diagnosticó la enfermedad, incluidos 276 niños que tenían un hermano mayor autista a los que también se les diagnosticó el trastorno.
Los autores observaron que la posibilidad de que a un hermano menor padezca también la enfermedad en estos casos era de entre 4,5 y 10,5 por ciento (7 por ciento de media), frente a la tasa de casi un
1 por ciento de la población general.
Además, vieron que el riesgo era más bajo si el que padecía la enfermedad era uno de sus hermanastros mayor. Si compartían padre tenían 1,5 por ciento de riesgo de desarrollar el trastorno, mientras que si eran hermanos por parte de madre tenían un riesgo del 2,4 por ciento.
Gronborg dijo que podría ser que el estilo de vida de una mujer durante el embarazo o alguna característica del ambiente intrauterino influyan en el riesgo de que sus hijos desarrollen autismo. "Pero también podría estar relacionado con la educación", añadió.
Asimismo, reconoce que el hecho de que los hermanos menores de niños autistas tengan un 7 por ciento de riesgo de desarrollar el trastorno debería "tranquilizar" a los padres, ya que en otros estudios el porcentaje de riesgo se elevaba hasta un 18 por ciento.

("Larazón.es")