Salvo mi madre, nadie se ha ofrecido nunca a pasear con Julia y conmigo. Y presiento que nuestro futuro seguirá el mismo camino. Una persona con autismo no verbal, de 18 años, "estorba", "altera", "agobia"...nadie me lo ha dicho con esas palabras pero sí con metáforas hirientes ("convivir con Julia sería lo más parecido a hacerlo con un orangután").
La gente es egoísta por naturaleza y nadie desea trastocar sus planes aunque sea por hacer un poquito feliz a alguien. Es más fácil acusar de "madraza" por supeditar el plan maravilloso de un sábado y acudir con tu hija a la playa.
Mi hija no tiene autonomía ni la tendrá jamás...¿cuál se supone, entonces, qué será su futuro?. Quedarse encerrada en casa para no molestar a nadie. Lo siento, me niego.
Julia no habla, pero sabe utilizar muy bien el "si" y el "no". Lo que más le gusta en este mundo es la playa y el mar...¿qué es Diciembre?...mejor...hoy tuvimos la playa para nosotras dos solas.
Pero que no hablen de integración cuando ésta no se da ni en los círculos más próximos a la persona con Autismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario