Joaquín Fuentes (San Sebastián, 1949), psiquiatra, uno de los referentes mundiales en el tratamiento del autismo en niños y jóvenes, terminó formándose “por casualidad” en una especialización que le ha llevado a ser el jefe del Servicio de Psiquiatría Infanto-Juvenil de la Policlínica Gipuzkoa. Impulsó la celebración en San Sebastián el año pasado del Congreso Internacional de Investigación del Autismo. Por sus manos han pasado unos 5.000 jóvenes a los que, junto a su equipo, ha brindado una vida mejor.
Pregunta. Muchos padres acuden a usted con la angustia de no saber, en un primer momento, cómo tratar a sus hijos. En Internet se pueden leer miles de comentarios recomendándole y dándole las gracias.
Respuestas. Nadie quiere tener problemas en esta vida, pero si los tienes, buscas un sitio de confianza. Eso no es que te quite el problema, pero te da la seguridad de que estás bien atendido. En psiquiatría, en cualquier problema que vemos en los niños implicamos a los padres en el tratamiento. La gente reacciona y saca lo mejor de sí mismo.
P. El autismo no se cura. ¿Cuál es su tratamiento?
R. En psiquiatría, como en el resto de la medicina, tenemos trastornos que podemos curar y otros que no. Nuestra misión entonces es mejorar la calidad de vida de esas personas. Y, aunque no seamos capaces de curar el autismo, que es el trastorno más grave que pueda haber en psiquiatría infantil, puedo garantizar que la calidad de vida de las personas con autismo en Gipuzkoa es alta. Con apoyos, gozan de una vida plenamente satisfactoria.
P. Ahí entra en juego la asociación Gautena, que usted impulsó.
R. En 30 años hemos desarrollado una red de servicios comunitaria próxima a las familias. En Gipuzkoa hay siempre una clínica que atiende a las personas con autismo a menos de 25 kilómetros. Además, cubrimos todo el ciclo vital, desde chiquitines hasta que fallecen. También trato a niños con déficit de atención y también tienen su correspondiente asociación. Es muy importante contar con las asociaciones, da igual la enfermedad. Los pacientes se empoderan, encuentran un apoyo mutuo y eso es un ingrediente imprescindible en la medicina de hoy en día. Suelo decir con modestia que Gautena es la mejor red, la más coherente y amplia para el autismo, de todo el centro y sur de Europa.
P. ¿Qué ha aprendido de sus pacientes?
R. Nos ayudan a ser mejores personas y ciudadanos. Las mejoras que hemos tenido en el sistema educativo han venido de la mano de las necesidades educativas especiales. Hacemos apoyo y cosas para los niños con dificultades, y se benefician todos. Los demás niños aprenden a descubrir el talento y la hermosura de las personas con dificultades. Aprenden desde niños y luego ellos van a ser los futuros padres, los futuros médicos, alcaldes...
P. Tambor de Oro 2014. ¿Cómo recibe el galardón?
R. Es una satisfacción increíble. Toco en una tamborrada desde hace 20 años. No he tocado jamás el tambor solo y no lo digo por retórica. Siempre estoy acompañado, al igual que en todos los trabajos que he hecho. Este es un Tambor colectivo.
P. Su elección viene en parte motivada por el congreso que organizó en 2013, al que se van a sumar otros.
R. San Sebastián tiene que ser una ciudad de la ciencia, además de la ciudad de la gastronomía, el turismo o las playas. Tenemos un parque tecnológico y una universidad con una gente investigadora que está en la cuerda floja. En momentos de crisis es lógico que haya recortes, pero también hay cosas que uno no debe recortar. La investigación en ciencias biosanitarias debería ser un límite rojo. Nuestro futuro depende de ello.
(elpais.es)
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