Me temo que queda muchísimo camino por recorrer, es más, pienso que hay determinados trastornos que jamás serán aceptados por la sociedad.
Yo ya he tirado la toalla y "acepto" que nos miren por la calle, que cuchicheen...incluso que se rían...estoy cansada de dar explicaciones. ¿Mi solución?: ya lo conté hace poco: ir sin lentillas y sin gafas a recoger a Julia a la parada, evita que me percate de si nos miran o no...¿problema?: tengo seis dioptrías de miopía, lo cual no me me permite hacerlo con la asiduidad que quisiera
Yo solamente tengo clara una cosa: mi hija Julia jamás podrá ir a hacer la compra, pues desconoce el sentido que tiene el dinero; no viajará sola; no tendrá novio; no entenderá de política, ni de moda, ni de geografía, ni de arte...nunca sera independiente. Pero también sé que voy a recibir de ella los mejores besos, los más fuertes abrazos, las carcajadas más ruidosas...así como esos grandes regalos que suponen sus pequeños logros diarios.
A ese 53% de la población que se siente incómoda o molesta ante una persona con discapacidad decirles que, tal vez ello se crean "normales", por llevar una vida normal, tener un trabajo normal, disfrutar de un ocio normal pero que a personas como a mí que soy y me considero "rara"... su normalidad me parece muy aburrida.
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