Hoy, a pesar de la tormenta, estoy contenta.
Por la mañana, hemos ido al "mercadillo" de Moraira y el comportamiento de Julia ha sido maravilloso. Ni un solo salto, ni un grito, ni una estereotipia...tan solo, al acercarnos a un puesto de frutos secos, quiso "decirme" que le apetecían unas almendras y casi mete la mano en el recipiente, pero el dependiente sonrió de esa manera que solamente las madres que tenemos hijos con autismo no oral u otro tipo de discapacidad podemos entender y agradecer.
Y no quería contar un pequeño incidente porque me niego a que nadie enturbie nuestras vacaciones pero debo hacerlo. Ayer, el socorrista de la piscina, David, un buen amigo siempre pendiente de Julia, me confesó que un par de adolescentes ingleses, el pasado miércoles, se burlaron y rieron de mi hija. Es muy triste que aún tenga que explicar, allí donde voy, que el comportamiento de mi hija se debe a su autismo, algo que sé decir en español, francés e inglés...cuando...¡lo único que hace "fuera de lo normal" es saltar y reír!...no molesta en absoluto
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